Luego de
todos los acontecimientos que han ocurrido en casi todos los procesos
electorales llevados a cabo en épocas recientes, no podemos dudar ni por un
minuto respecto a la altísima desconfianza que la colectividad toda, tiene para
con el organismo comicial del país, es decir el mundialmente famoso Consejo
Nacional Electoral (CNE) venezolano.
No hay que
ir muy lejos en el tiempo para palpar de primera mano lo sucedido antes y
durante el proceso para la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, el
cual estuvo marcado por el mayor cúmulo
de irregularidades, conflictos y arbitrariedades de nuestra historia y el
órgano llamado a velar por la transparencia y confiabilidad del mismo no se
hizo eco de tales problemas, por el contrario prácticamente refrendó todo sin
mayor análisis.
Para el
momento en que se redacta éste artículo, los factores de oposición y los del
régimen Madurista, se encuentran reunidos en la isla de Barbados y uno de los
puntos es justamente el cambio de la directiva del CNE entre otras cosas; el
que esto ocurra es de vital importancia para avanzar en la posibilidad de efectuar
cualquier proceso electoral ya que, cada vez que se aproxima un evento
electoral, planificado y coordinado por el actual CNE, muchos analistas
alertamos sobre la falta de mecanismos necesarios que garanticen de alguna
manera la transparencia de dichos procesos.
De igual
manera advertimos acerca de la cantidad de transgresiones que el actual Consejo
Nacional Electoral muchas veces efectúa en relación a sus propias normas y lo
hace con la mayor desfachatez, se evidencia claramente que planifica para
garantizar la conservación del poder al actual régimen.
Es
realmente lamentable que éste CNE no tenga pena ni inconveniente alguno en
quebrantar todas las normas legales de convivencia e institucionalidad que se
encuentren vigentes con tal de lograr un fin para muchos insospechado; cosas
como las que les refiero son las que generan una desconfianza casi total en la
institución del Voto, eso sí, no es en el Voto per sé, es en el ejercicio de
ese derecho bajo la administración de un CNE que se sabe penetrado por fuerzas
que oscurecen cualquier elección, trátese de la que se trate.
Por otra
parte, la soledad manifiesta que se observa en muchísimos centros de votación
durante los más recientes eventos, deja claro que los números presentados en
cuanto a participación no son reales y carecen de veracidad, la alta abstención
es inocultable lo que hace que esos resultados carezcan de la legitimidad
necesaria.
Muchos
procesos electorales ya se han llevado a cabo sin votantes suficientes, sin la
utilización de tinta indeleble, sin testigos, prácticamente sin observadores
imparciales como la OEA y para remate ya se hace costumbre que el primer
boletín dado por el CNE que generalmente es a la medianoche del domingo – lunes
de cada elección y en dicho instrumento ya no se especifica ni siquiera la
cantidad de votos, ni válidos ni nulos, ahora se habla de porcentajes.
Hay muchos
detalles que nos llevan a pensar que la abstención sin precedentes en una
Venezuela destruida y con un cuerpo electoral que busca sobrevivir en medio de
la barbarie que el socialismo ha implantado, que podríamos afirmar simplemente
que el régimen ordena fabricar las cifras a dar en cada boletín, para así poder
tener a los mismos de siempre de vuelta al ruedo.
Finalmente
y a manera de reflexión, quiero decir que el ambiente y la realidad que nos
rodea, nos obliga a analizar la situación y a hacerlo bien, en tal sentido les
indico que según varios estudios de opinión, aproximadamente un poco más del
ochenta por ciento (80%) de los electores habilitados para cualquier proceso
electoral en este momento “NO” está dispuesto a ir a votar, pues la urgencia de
otros asuntos y necesidades básicas son más importantes y si le sumamos la
desconfianza en el sistema tendremos la respuesta a todo.
Lo que
actualmente ocurre a millones de venezolanos, a todos los que nos esforzamos
por salir juntos de esta tragedia social, obliga a continuar luchando y a
seguir defendiéndonos de lo que es un ataque a nuestra forma de vida como
ciudadanos, totalmente cierto; sin embargo también es absolutamente necesario
que no se efectúen acuerdos a espaldas de la mayoría, todo y repito todo
aquello que se esté discutiendo en Barbados o dónde sea, tiene que transmitirse
a los afectados, de esa manera quienes están en esa labor tendrán el apoyo
requerido, de lo contrario será muy cuesta arriba sostener la lucha pues la
desconfianza surgirá a todo nivel y continuaremos en un eterno círculo vicioso,
así de simple y sencillo.
Reinaldo J.
Aguilera R. @raguilera68