Luego de
los acontecimientos ocurridos el día 30J, no podemos dudar que existen dos realidades
muy distintas conviviendo en uno solo país. De lo que no quedó duda alguna, es
que tanto propios como extraños se dieron cuenta de que el proceso para la
elección de una Asamblea Nacional Constituyente estuvo marcado por el mayor
cúmulo de irregularidades y arbitrariedades de nuestra historia.
Por varios
días, muchos analistas alertamos sobre la falta de mecanismos que garantizaran
la transparencia de dicho proceso y advertimos acerca de la cantidad de
transgresiones del Consejo Nacional Electoral a sus propias normas. Aun así,
con la mayor desfachatez, la elección se realizó dejando claro que para la
conservación del poder se quebrantaron todas las normas legales de convivencia
e institucionalidad que estaban vigentes.
Por otra
parte, queremos destacar algo interesante y es que el mundo entero ha visto que
aquí no se respeta ningún tipo de norma jurídica, sea de derecho nacional o
internacional. Han observado cómo el mal gobierno ordena arremetidas violentas ya
no son solamente contra ciudadanos comunes, sino también contra alcaldes y
diputados – violando su inmunidad parlamentaria –, contra estudiantes, adultos
mayores, damas o caballeros. Los organismos represores del Estado no distinguen
raza o sexo y mucho menos condición social y el gobierno, con tal de no
permitir que le quiten el poco “poder” que aún le queda, hace y va a continuar
haciendo lo que sea.
Para quienes
lograron dormir en Venezuela, amanecieron el día de ayer con la noticia de la
sorprendente cifra de votantes que acudió al proceso Constituyente, nada más y
nada menos que 8.089.320 personas, toda un marca digna del “Libro Guinness de
los récords mundiales”, publicación anual que contiene la colección de récords
mundiales tanto ende los logros humanos como del mundo natural.
Ni los
mismos seguidores del chavismo-madurismo pueden creer que, con el desastre
generado a todo nivel por el gobierno actual, exista una base electoral que
haya sufragado en una cantidad superior a los 7.505.338 votos con los cuales
“supuestamente” ganó la elección presidencial el señor Maduro en 2013.
Sólo con
la intervención manipulada de un ente se puede lograr tal hazaña, como la ocurrida
en el centro de votación Liceo Monseñor Jáuregui en el pueblo de Ejido, estado
Mérida: el día antes de la elección, descubrieron que todo el material electoral
ya estaba listo, utilizado, cuadernos firmados, sellados por adelantado y cajas
de resguardo del voto llenas. Eso es un ejemplo de lo que les digo, allí se los
dejo.
Por otra
parte, la soledad manifiesta en muchísimos centros de votación deja claro que
esos números no son reales y carecen de veracidad. El proceso electoral se
llevó a cabo sin votantes suficientes, sin la utilización de tinta indeleble,
sin testigos, prácticamente sin observadores imparciales y en el primer boletín
dado por el CNE a la medianoche del domingo - lunes, no se especificó siquiera
la cantidad de votos nulos. Hubo muchos detalles que nos llevan a pensar que la
abstención sin precedentes obligó a que el régimen fabricara la cifra dada,
para así poder tener a los mismos de siempre de vuelta al ruedo, pero esta vez
como constituyentistas.
Finalmente
y a manera de reflexión, quiero decir que el ambiente y la realidad que nos
rodea, nos obliga a analizar la situación y a hacerlo bien. Venezuela amaneció
el 31J con un silencio ensordecedor: los acontecimientos están desarrollándose rápidamente,
muchos hablan de que el fraude reciente tiene parecido con lo que sucedió en
1957 – el plebiscito de Marcos Pérez Jiménez –, que no es cierto, pues durante esa
consulta sí hubo participación, mientras que el domingo 30J no la hubo y ese es
sólo un ejemplo.
Lo
ocurrido nos obliga a seguir luchando y a continuar defendiéndonos de lo que es
un ataque a nuestra forma de vida como ciudadanos, aún con temor o preocupación
es un deber seguir adelante y no perder la esperanza por obtener lo que es
justo y correcto, no es más que una Venezuela para todos por igual. Así de
simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68