En reuniones, sean grandes,
medianas o pequeñas, entre amigos, familiares por una celebración o de negocios
e incluso entre desconocidos, las conversaciones terminan siempre girando en
torno al mal que nos aqueja a la mayoría de los venezolanos y no es otro que el
asunto económico.
Ya a pocos días de iniciado
el nuevo año 2018, vemos cómo ni el anuncio catastrófico de aumento salarial,
ha podido frenar la vorágine destructiva inflacionaria que persigue a todos por
igual; en zonas como la emblemática ciudad de Guarenas en el estado Bolivariano
de Miranda, dónde se encendió la chispa que desato el fenómeno social conocido
como “El Caracazo” por allá en febrero de 1989, se observa a las personas
deambulando con 2 plátanos o 3 huevos en una bolsita y a muchos otros con nada
y mirando al horizonte, perdidos o quizás ya no tanto al ir entendiendo la
realidad.
El Señor Maduro muy orgulloso escribe en su cuenta de la red social
twitter o anuncia por medio de cadenas nacionales de radio y televisión que
todo está de maravilla y que el país es una “potencia”; definitivamente estamos
en países diferentes y la gente de a pie ya también lo está entendiendo así.
Sin ir muy lejos y efectuando un análisis simple de lo que sucede a
nivel económico en Venezuela, podemos decir con seguridad que con la denominada
hiperinflación existente en todos los niveles del entramado económico, aunado a
la presencia de diversos controles, sin olvidar la escasez de múltiples
productos básicos, también la pérdida del poder adquisitivo real, los graves
desequilibrios macroeconómicos y el déficit fiscal a lo que hay que agregar la
burocracia gubernamental exagerada, definitivamente son la mezcla para que
ocurra la tormenta perfecta y ocurra una explosión social mucho mayor de las
que se han vivido hasta el momento.
Ahora bien, sorprendente que con esas tendencias ya insostenibles, no se
haya dado al traste con el modelo económico que de modo obligado mantiene el
régimen actual sobre todos y hunde con el paso de las horas cada vez más al
país en la pobreza.
El ritmo natural de las economías realmente funcionales del mundo, pasan
entre otras por desarrollar todo bajo la
óptica de un modelo económico basado en la producción de bienes desde los
privados, en el marco de un mercado libre y competitivo, cosa que no puede
hacerse en Venezuela mientras exista un mal gobierno como el actual, que
ejecuta todo bajo mecanismos que benefician solo a quienes ellos designen.
Una muestra de esas
decisiones es lo ocurrido con la pésima oferta y distribución en días recientes
de la famosa pata de cochino, que generó revueltas y disturbios en varias zonas
populares del país, mientras tanto en las llamadas viviendas en guarnición los
perniles importados desde España sobraron para los privilegiados, que todos
sabemos quiénes son.
Por otro lado mientras
escribimos éste artículo, en muchas partes continúan las protestas, ya no solo
por comida, lo hacen por agua, por gas, por falta de electricidad y persisten
las colas en muchos sitios desde horas de la madrugada para que el Venezolano
“normal” trate de adquirir 1 Kilogramo de arroz o 1 pasta dental; como vemos son
los mismos problemas, las mismas situaciones y los mismos resultados los que
están presentes y que no han cambiado en mucho tiempo, lo que hace pensar que
no hay intención alguna de que eso ocurra.
Finalmente, es
bueno aclarar que el tema Venezolano ya no es solo interno, los asuntos y
problemas que afectan a la economía de nuestro país ya también involucra a
otras naciones con las que hay compromisos y créanlo o no, lo que hasta ahora
se sabe es solo la punta del iceberg, el asunto es sumamente complejo.
Las decisiones
erróneas del mal gobierno nos siguen hundiendo en la pobreza como les mencione
anteriormente, mantiene a millones de ciudadanos atrapados en lo que parece ser
un camino sin salida, por lo que podemos afirmar contundentemente que a la
fecha, iniciando un nuevo año la crisis económica sigue sin solución, esperemos
por el bien de todos que pronto aunque
sea veamos el túnel para luego ver la luz, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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