Los 42 días
del año que para la fecha de la presente redacción han pasado de éste 2019, nos
deja recuerdos y anécdotas de todo tipo, la última es la del meteorito que
supuestamente cayó en la ciudad de Valencia con la respectiva explicación del
Gobernador “Drácula” y sus locuras; se necesitarían varias columnas para
describir a detalle lo ocurrido, no solo en Venezuela, sino también en el
mundo, el planeta entero convulsionado por cosas de todo tipo, toda clase de
desastres naturales y un largo etcétera; pero lo más importante es que en
Venezuela percibimos nuevos amaneceres y sentimos que el fin de una era macabra
está cerca.
Por el
momento nuestro país en el ojo del huracán, bajo la mirada prácticamente del
mundo entero, con todos los venezolanos sumidos en la más grave crisis de su
historia, tanto en lo económico, como en lo moral y lo social, pero al final un
país que aun contando con las reservas más grandes de petróleo del mundo, por
increíble que parezca tiene por delante un escenario económico terriblemente
oscuro, con el agravante de que el régimen que mantiene parte del poder a toda
costa, nunca se preparó para los posibles cambios o fluctuaciones en el llamado
mercado petrolero y de la cual Venezuela depende prácticamente en su totalidad,
mucho menos para enfrentar sanciones producto de sus fechorías como está
ocurriendo.
Sumado a lo
anterior tenemos que a cada momento ocurre algún tipo de vencimiento de deudas,
para pagar lo que el régimen ha pedido prestado de millones de dólares,
entonces podemos observar que el parapeto de Maduro ante los ojos de propios y
extraños luce simplemente sin capacidad de respuesta. Por otra parte, cabe
destacar que en lo que va de este 2019, se agotaron todos los recursos por
parte de un estado, dedicado casi en su totalidad a campañas propagandísticas
para mantener un ambiente aparente de normalidad ante la realidad de un país
que se derrumba.
En éste año
que transcurre no tenemos dudas que se inició una nueva etapa en la Asamblea
Nacional, etapa de verdadera democracia, esa Asamblea en la que el debate se
ocupó por muchos años de maltratar y de abuzar en nombre del “pueblo” se
terminó y parte de la molestia del oficialismo es justo eso; ahora nos
encontramos en una etapa que busca incluir a todos, no solo a los de un color
como ellos siempre lo hicieron y aún hacen; así debe ser la Venezuela que
muchos queremos, deseamos y merecemos, la que el mundo entero apoya desde
diferentes frentes, con la ayuda humanitaria, con los pronunciamientos a favor
del gobierno de transición y con el llamado a elecciones libres y
verdaderamente transparentes como debe ser.
No quiero
finalizar este pequeño análisis sin recordar a todos nuestros seres queridos, a
los que se han ido, a los amigos que están presos injustamente por criterios
políticos y sin fundamentos legales, no los menciono porque al olvidar a alguno
los olvido a todos, la gente buena sabe quiénes son; muchas personas nos decían
en la calle que ya ni esperanzas tenían de que el país cambiaría, pues el 5 de
Enero de 2019 cambió una parte en la que muchos ya no creían y lo hizo para
bien, para progresar, para mejorar, para
salir de la crisis de país, la luz al final del túnel oscuro se ve, poco a poco
iremos reconstruyéndonos, luego de tanto tiempo recibiendo palos y aceptando la
negatividad que nos imponía un régimen, podemos darnos cuenta que no estamos
ante una situación como la de otros tiempos, sin expectativa de futuro,
finalmente tenemos una percepción diferente y positiva, además del apoyo
internacional como nunca antes.
Todo lo
descrito anteriormente hace que definitivamente 2019 sea un año diferente,
seguimos adelante, sin prisa pero sin pausa, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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