Todos los
procesos iniciados desde que Juan Guaidó asumió la Presidencia de la legítima
Asamblea Nacional son en definitiva actos de conciencia ciudadana, dichos actos
no solo los realizamos por nosotros mismos, como aporte fundamental al intento
de ser mejores cada día, también por nuestros hijos o nietos a quienes en todo
momento inculcamos valores y para quienes deseamos un futuro mucho mejor que el
actual presente, también lo hacemos por los que se fueron y que en alguna
proporción volverán, finalmente por un país, que aun siendo saqueado y
golpeado, sigue siendo noble y espera lo mejor de su gente.
La anterior
reflexión obedece a la necesidad ya inocultable de una mayoría que desea un
cambio urgente para Venezuela y que teniendo la posibilidad de lograrlo por un
mecanismo cierto y constitucional, se ha topado con la realidad de un régimen
que por todos los medios coloca trabas y obstruye el curso natural de un
proceso anhelado por muchos.
Tal
posición ha hecho que se involucren ya más de 56 países en lo que en Venezuela
sucede y ha motivado que se disparen alertas en muchos aspectos, uno de ellos
el que corresponde a la salud.
Pues bien,
el concepto de Estado fallido es una idea contemporánea que da cuenta
básicamente de las problemáticas, deficiencias e imposibilidad de ciertos
Estados para responder a las diversas demandas que hacen sus ciudadanos; en el
caso nuestro específicamente, se materializan todos esos escenarios y se le
agrega además el de oponerse incluso con violencia y el uso desproporcionado de
la fuerza, cuándo ya no tiene elementos de valor para responder.
Los
internacionalistas Herman y Rartner, a principios de la década de los años
noventa, fueron los primeros en utilizar el concepto de Estado fallido, éstos
presentaron un nuevo modelo a través del cual un Estado llegaba a ser
totalmente incapaz de mantenerse como un miembro de la comunidad internacional,
con derechos pero también con deberes.
Cabe
destacar que según estos autores, un Estado fallido se configuraría al
presentarse el escenario, en el cual dicho estado colocara en peligro a sus
propios ciudadanos y con esta acción amenazaría a sus Estados vecinos, a causa
del flujo de refugiados, inestabilidad política, conflictos y otros factores
determinantes.
De seguro
les parece conocida la anterior descripción, es justamente porque Venezuela en
este momento se enmarca en el análisis teórico que les explico lo que es muy
grave.
La gravedad
de lo que se está viviendo en Venezuela, la casi nula garantía de respeto por
los derechos más básicos del ser humano como la vida misma, me hace recordar la
situación que se vivía en los Estados Unidos respecto a los derechos civiles de
la población negra, un sin número de cosas que hicieron actuar a muchos y cuya
mayor expresión quizás es el famoso “I Have a Dream” o en español, “Yo tengo un
Sueño”, aquel discurso pronunciado por el reverendo Martin Luther King, el día
28 de agosto de 1963, al final de la marcha de Washington, es considerado un
hito fundamental en la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos y
marcó un antes y un después en esa lucha.
El discurso
de Martin Luther King tenía como objetivo denunciar los atropellos y abusos
sufridos por los afroamericanos debido al conflicto racial de los últimos cien
años de historia estadounidense, y exigir la justicia y la libertad a que
tenían derecho como ciudadanos norteamericanos al igual que los blancos.
Es un
discurso profundamente optimista, esperanzador, que propone el ideal de una
sociedad fundamentada en los valores de la igualdad y la fraternidad, con pleno
reconocimiento de los derechos civiles y las libertades individuales de la
comunidad afroamericana; el trabajo que viene adelantando Juan Guaidó equivale
a una lucha tan titánica o quizás mayor que la del reverendo King en su momento
y no es nada fácil teniendo en cuenta que el monstruo “Rojo” tiene más de mil
cabezas.
Volviendo
al tema central, me atrevo incluso a calificar que con el nivel de tragedia que
se vive, que no solamente el mal gobierno del señor Maduro es un estado
fallido, es además un régimen lleno de una cuerda de sinvergüenzas y lo es
porque ante el cumulo de situaciones que se presentan a diario, tales como:
protestas por falta de alimentos, de insumos básicos, de medicinas y otras que
no vale la pena mencionar, se burla de sus ciudadanos, de todos, incluso de
aquellos quienes votaron ilusionados por el proyecto “Revolucionario del Siglo
XXI” y fueron engañados.
El
espectáculo que se está presentando con la entrega de la “Ayuda Humanitaria”
por parte de la Cruz Roja Venezolana no tiene nombre, no lo tiene por que
mientras hacen un acto en un hospital resulta que en las calles de Caracas
están vendiendo esos insumos bachaqueados lo que es inconcebible.
Ya se sabe
entonces cuál es la presión del régimen en que toda ayuda pase por sus manos,
además tengan la seguridad que muchos de esos insumos son extraídos de los kits
que se están entregando, tal cual lo hacen con las cajas Claps, los perniles y
todo lo que puedan distribuir, así es que se manejan.
Me permito
dejarles un extracto del final de aquel famoso discurso que marcó la historia
del país del norte y sirva de algún modo de referencia para saber a lo en aquel
momento hace ya 56 años se enfrentaron los afroamericanos, así se podrá tener
idea clara de lo que aquí nos enfrentamos; al final el reverendo King dijo que:
“A pesar de todas las adversidades y los obstáculos, “tengo un sueño”, un sueño
de justicia e igualdad, de fraternidad entre blancos y negros, un sueño en que
las barreras de la segregación racial sean superadas, para que un día en
Estados Unidos el sueño de la libertad y la igualdad de derechos sea para todos
los ciudadanos, tal como lo recoge la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos de América, donde se afirma “que todos los hombres han sido
creados iguales”, sea posible.
Por lo
pronto sin perder el ánimo les digo que todo lo que inicia también termina,
cada acto ilegítimo e irregular que ejecute el presente régimen y que vaya en
contra de los derechos humanos fundamentales de millones de Venezolanos, no
prescribirá y los responsables tendrán que enfrentar a la justicia en su
momento; entre muchas cosas por irresponsables, por antidemocráticos, por tener
doble moral y sobre todo por sinvergüenzas, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68