Con todos
los acontecimientos que vienen ocurriendo y el sin número de análisis o puntos
de vista de muchos, no podemos perder el foco de lo que en materia electoral
está sucediendo. Si bien es cierto que el actual CNE está muy cuestionado y que
el escenario ideal sería un organismo electoral con rectores probos y
credibilidad en sus acciones, lo real es que el régimen con sus herramientas a
la mano, seguirá avanzando con o sin oposición.
Para el
momento de la redacción de este artículo, se está iniciando el lapso de
postulación de candidatos a las elecciones de gobernadores y diputados a los
Consejos Legislativos Estatales. Ahora bien, surge el gran dilema, ¿la
oposición debe participar?
Aunque
muchos, como en mi caso no confiamos en el árbitro electoral actual, la línea
indica que debemos inscribir las candidaturas, porque de lo contrario el
régimen inscribiría a los suyos y con la total discrecionalidad con la que está
actuando, basado también en las decisiones de la recién designada Asamblea
Nacional Constituyente, no podemos dejar espacios sin cubrir y menos el ámbito
electoral en el cual la oposición ha demostrado tener fortaleza, eso sí cuando
se cubren los extremos legales y administrativos que garantizan esos procesos.
Tal vez
las dudas son mayores que las certezas en cuanto a la transparencia de los
procesos por venir y sobre eso efectuamos las advertencias debidas, pero hay
que dejar en claro que el mal gobierno de Maduro le teme al electorado, al de
verdad y esa es una señal que indica que debemos inscribir candidaturas y
esperar las reacciones, alguna de ellas podría ser incluso la suspensión de la
elección. Cualquier cosa es posible.
La vía
electoral es la única menos traumática para generar un verdadero cambio de
gobierno en nuestro país. Existen otras vías quizás más rápidas según algunos,
pero no son las mejores, además que entraríamos en una espiral de violencia que
es el terreno adonde al régimen le gustaría tenernos y así justificar sus
acciones.
En la
actualidad, mientras quienes están gobernando lo hacen sobre muertos y sangre,
carentes de toda legitimidad, observados y sancionados por el mundo entero,
nosotros los demócratas tenemos que aprovecharnos de esas circunstancias para
jugar en todos los tableros posibles y no ceder espacios: presión de calle,
elecciones, negociación, presión internacional. Parafraseando al muy respetado
Fernando Mires: “No hay nada más
callejero que las elecciones”.
Por años,
el chavismo - madurismo ha jugado a convertir los triunfos de la oposición en
derrotas y muchos le siguen el juego atacando a quienes lideran el proceso de
cambio. Definitivamente eso es incorrecto, debemos saber leer entre líneas y
entender que existen múltiples factores que debemos evaluar y no uno solo a la
hora de tomar decisiones.
Queremos
destacar el hecho de que el inscribir candidaturas no anula en absoluto que se
continúen ejerciendo otros mecanismos de presión en paralelo, por el contrario,
se trata como lo indiqué, de cubrir la mayor cantidad de espacios que bloqueen
las acciones del régimen actual. Como decimos en nuestro país: la pelea es
peleando. Así tenemos que observarlo y no como negociaciones que van en contra
de las luchas que ya llevan más de 4 meses ininterrumpidos por parte de todos.
Con
asombro vemos como la Asamblea Nacional Constituyente, cuyo origen es
fraudulento e inconstitucional, a 24 horas de instalada procedió en contra de
la Fiscal General de la República, es decir contra la institucionalidad
vigente, por lo cual debemos estar más que nunca unidos quienes deseamos un
verdadero cambio de rumbo en nuestro país.
En los
momentos que estamos viviendo, cabe destacar algo que puede dar luces sobre la
oscuridad en la cual muchos se encuentran. De acuerdo al DRAE, en su 25ta
edición, la oclocracia es el gobierno de la muchedumbre o de la plebe. En la
filosofía y la política, Aristóteles de Grecia, consideraba que la oclocracia
era el gobierno de los demagogos en nombre de la muchedumbre y, por tanto, una
degradación de la democracia. Esa es la dirección que el actual régimen está
tomando y hoy estamos en presencia de un Estado donde no hay gobernabilidad,
situación que atentará, tarde o temprano contra el mismo Maduro y sus
seguidores.
En ese sentido
debemos ver el plano completo de lo que sucede y no solamente una parte de él,
para así tomar las medidas correctas en el futuro cercano, para atacar los
problemas relativos a la implementación e impacto de políticas públicas con énfasis
en aspectos sectoriales como la alimentación, salud, educación y pobreza. Para
ello, tenemos que estar claros en no dejarnos abrumar por los ataques que
intentan reflejar derrotas donde ha habido victorias importantes y construir
más triunfos, soporte de quienes queremos una Venezuela próspera y de
oportunidades para todos por igual. Así de simple y sencillo.
Por Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
Por Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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