Hace pocos
días, un gran amigo de los días universitarios el Dr. Danilo Ríos, me hizo
referencia a un hecho que no deja de sorprendernos aun estando como en efecto
está la situación petrolera a lo interno de nuestro país; me señalaba mi
estimado colega que al pasar por el complejo de refinación de petrolero
conocido como la Refinería “El Palito”, ubicada en Puerto Cabello estado
Carabobo, le llamó poderosamente la atención que resalta una frase en grandes
letras con el siguiente lema o advertencia: “PDVSA ES ROJA ROJITA, GÚSTELE A
QUIEN LE GUSTE Y AL QUE NO, QUE SE RETIRE Y ABANDONE LA EMPRESA”.
El lema y
con toda seguridad las consecuencias de la aplicación de la misma, al igual que
muchas acciones en detrimento de la que es prácticamente la única fuente cierta
de ingresos del país, fue ideada por Rafael Ramírez cuando ejerció la
presidencia de Petróleos de Venezuela (PDVSA), cabe destacar que no fue algo
efímero pues fue designado primero por Hugo Chávez con lo cual cumplió un
período comprendido entre 2004-2013 y posteriormente ratificado por Nicolás
Maduro para culminar sus funciones en 2014 y pasar a desempeñar diversos cargos
de orden diplomático hasta el 2017; es decir que mientras estuvo en PDVSA actuó
durante 10 largos años en los cuales a pesar de lo que se pretendía transmitir
la empresa iba deteriorándose progresivamente.
Bajo la
presidencia del ingeniero Ramírez se adelantó la eliminación las llamadas
asociaciones estratégicas FAO (Faja Petrolífera del Orinoco) y se formaron las
empresas mixtas (PDVSA – Empresas Privadas o Estatales) con la promesa de que
la industria iba a prosperar mucho más que para el momento del cambio, lo que
realmente ha ocurrido y según los resultados es un desastre para Venezuela,
pues aunque se pretenda culpar a las sanciones internacionales de la situación
actual de la estatal petrolera, lo cierto es que la debacle ya tiene muchos más
años y con el paso de las horas se pierden mercados y se deteriora la
infraestructura.
Para
referirnos a unos pequeños aspectos de lo que ocurre, solamente hay que hacer
un pequeño ejercicio de memoria para recordar por ejemplo: el plan de
colocación de chips sobre todo en zonas fronterizas para evitar el contrabando
de extracción en vehículos particulares, resulta que ahora hasta gandolas
enteras pasan a Colombia por ante la mirada cómplice de muchos.
En el mismo
orden de ideas esta aquel famoso plan mediante el cual la totalidad de las
estaciones de servicio expendedoras de gasolina de Venezuela, mediante un
equipo procederían a vender el producto a través del sistema automatizado del
carnet de la patria, los equipos que deben haber costado sus buenos dólares ni
se ven y la gasolina en éste momento es prácticamente gratis, pues no existe
ningún tipo de control luego del desbarajuste económico resultante de la
reconversión monetaria que no arregló absolutamente nada.
El desorden
es de tal magnitud, que mientras el régimen pretende hacer ver que todo está
muy normal y el país está en sus mejores tiempos, vemos ya sin sorprendernos no
solamente en el interior del país, por el contrario en la propia capital,
bombas de gasolina cerradas con letreros de que “No hay” producto y en ciudades
como Maracaibo o Mérida colas kilométricas de vehículos tratando de surtirse
con lo poco que llega, es simplemente increíble por decir lo menos.
El asunto
no es solamente palpar todo lo que influye el aspecto del combustible en la
vida diaria de millones de ciudadanos, la cosa va más allá, ya que lo que se
observa en PDVSA ocurre en toda la administración, en todos los niveles, en el
medico asistencial, el educativo, lo pésimo que funciona cualquier servicio
público y para usted de contar.
Finalmente
y por el momento quisiera dejarles un pensamiento de la filósofa y política
Hannah Arendt, quien en su libro “Los Orígenes del Totalitarismo” publicado en
el año de 1951, señalaba lo siguiente: “El hecho es que, tanto Hitler como
Stalin, formularon promesas de estabilidad para ocultar su intención de crear
un estado de inestabilidad permanente”; es el deseo de muchos que esa
inestabilidad que existe y que parece no acabar en nuestro país,
definitivamente termine y podamos enrumbarnos por un camino de luz y progreso,
así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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