Día Mundial contra el Cáncer de Mama
Es normal que sientas que tus emociones van y vienen que son
muy cambiantes, que pasas de estar bien a sentirte muy mal de golpe, pero esto
también pasará, se estabilizará. Estas etapas emocionales se mezclarán entre
ellas, se solaparán e irás saltando de una a otra rápidamente durante un
tiempo. Esas emociones nuevas e intensas que ahora te invaden, se irán apagando
a medida que vayas quemando etapas dentro de tu proceso y recuperando el
control. Todas estas emociones son normales y necesarias para poderte adaptar y
seguir avanzando. Te harás con la situación.
Perderse por el camino es fácil. Sabrás que las cosas “se
tuercen” cuando por ejemplo la ira o rabia que sientas la dirijas hacia tí o
alguien concreto como tu oncólogo muy intensamente o durante mucho tiempo. Al
comenzar te resultará difícil aceptarlo, como te decía antes, es un mecanismo
de defensa con el que todos venimos equipados para liberar la ansiedad que el
diagnóstico y la nueva situación producen. No la lleves al extremo, no rechaces
lo que sucede, date un tiempo para asimilarlo y resurge. Hazlo cuando estés
preparada, pero hazlo.
Cuando tengas ganas de llorar no te escondas, permítete
seguir avanzando para que pase cuanto antes. Pregunta todo lo que se te ocurra
y más, prepárate con una gran lista de preguntas y sugerencias para tu equipo
sanitario. Date tiempo y espacio para entenderte y comprender que es normal lo
que sientes y qué pasará.
Rodéate de gente que te aporte cariño, que te apoye como tú
quieres y necesitas que te apoyen. Pero no esperes que adivinen lo que
necesitas, para ellos esto también es nuevo. Comunícate, habla, expresa lo que
sientes y hazlo mucho. Diles lo que necesitas, pues están deseando ayudarte y
hacerte el día a día de esta nueva etapa menos difícil.
Pide ayuda, no tengas miedo a lo que viene y a necesitar un
apoyo externo a la familia. Sé que eres una “superwoman”, pero ahora es el
momento de reciclarse siendo otro tipo de súper heroína. Se valiente para dejar
por un momento la capa colgada, deja que otros tomen el relevo. Sólo queremos
que descanses, que avances y que te dejes mimar mucho este tiempo. Sabrás que
necesitas a una Psicooncóloga/o cuando todas las emociones de las que te hablo
sean demasiado intensas o duren mucho en el tiempo, generándote un gran
malestar que puedes sentir que se te “escapa” o que no sabes cómo manejar.
Recuerda que tu enfermedad no eres tú. Es sólo una parte de
tí y no la más grande. Aprovecha en la medida de lo posible este “parón” para
hacer todo aquello que siempre has dejado pendiente. No permitas que la
enfermedad ocupe toda tu vida ni todo tu tiempo. Retoma hobbies, llama a
aquella amiga que hace tanto que no ves, ríete mucho y prueba cosas nuevas.
Por fin, volverás a una nueva normalidad y calma emocional.
Te sentirás más optimista, empezarás a coger las riendas, a luchar, a vivir
plenamente. No te voy a engañar, no es fácil, pero tampoco imposible. Lo
conseguirás seguro. Iniciarás una vida más saludable, aprenderás qué es la
cúrcuma, el poder antioxidante de las frutas del bosque o los champiñones y por
qué los ajos suben tanto las defensas. Harás compañeras de viaje que siempre
estarán contigo. Resurgirá una versión de tí misma a la que querrás y mimarás
como nunca. Encontrarás un nuevo significado a tu vida que te encantará. Verás
el mundo con una nueva luz más conciliadora. Y te darás cuenta de que al final,
esta situación ha sacado lo mejor de tí y te ha hecho crecer”.
Ariadna González
Psicooncóloga
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