A finales
de los años 70 mientras pasaba vacaciones en los campos petroleros de la
antigua Mene Grande Oíl Company y para ese momento, de la extinta CORPOVEN, no
había un solo día en el cual dejara de saborear los sabrosos mangos burreros de
los grandes árboles de las casas de mis Tías paternas Aida o Zoraida, para mí
era igual, lo que realmente importaba era comer mangos, si estaban muy altos,
con un palo o una piedra los bajaba, de eso tengan plena seguridad.
Hoy en día
eso ya muy poco se ve, las ciudades van perdiendo su encanto de antes para dar
paso a otras cosas que lamentablemente no son las mejores; sin embargo, aún
como antes estamos en plena temporada de mangos y es la fruta que hay que
disfrutar y aprovechar siempre que se encuentre.
Les hago
referencia a que es la fruta que debemos aprovechar, porque en esta vorágine
económica en la cual nos encontramos, ya ni frutas variadas podemos comer los
venezolanos, cualquiera de las que antes consumíamos con frecuencia ya son
inalcanzables para algunos y no precisamente por ser importadas, son de aquí
mismo, de nuestro país pero con el deterioro del poder adquisitivo las familias
tienen que establecer sus prioridades.
El asunto
se circunscribe en la oferta y la
demanda, pero también en el abuso de unos pocos para con el resto que somos
muchos y al final de cuenta constituimos el gran universo del consumidor.
Mientras
tanto y en plena época de mangos, el mundo entero pendiente de nuestro país,
delegaciones de Presidentes y expresidentes en las diferentes Cumbres o
reuniones de carácter internacional así lo manifiestan, tal como sucedió en
días recientes en la Cumbre de las Américas celebrada en Lima Perú; hasta el
Papa desde la Santa Sede se manifiesta constantemente sobre la situación de
Venezuela.
Lo cierto y
es una verdad inocultable, es que todo lo que haga el mal gobierno, es a estas
alturas poco creíble, porque así lo han demostrado, lo único que desean es
seguir ganando tiempo y continuar atornillados en el poder aun cuando ya
carecen de legitimidad y de apoyo popular, lo cual es muy grave.
El dialogo
y los acuerdos solo les funciona a los señores que dirigen el país, si los
favorece y sin dar nada a cambio, pues algo si está claro, el régimen no desea
abandonar el poder y resulta que un cambio de gobierno es la verdadera válvula
de escape a la presión social que se vive actualmente.
Sin embargo
el gobierno actual, en su continuo afán de pretender cambiar el mundo se dedica
a otras cosas, como por ejemplo realizar maniobras militares para la defensa de
amenazas extranjeras, cual motivación de “Casus belli” Caso de guerra (Término
diplomático que trata del motivo o coartada para iniciar una guerra), que por
cierto le cuestan a la nación millones de dólares, que pudieran servir para
adquirir medicinas u otro bien más necesario.
Ahora nos
preguntamos: ¿Guerra con quién?, millones de dólares gastados en armamento
bélico, de procedencia rusa y china, en su mayoría obsoleto y que hoy hacen
falta para pagar deudas, también comprar alimentos o para aportar materia prima
a las empresas que si producen de verdad y no a las chimbas que maneja el
estado, que apenas alcanzan el 25% de operatividad y producción.
Cada día
que pasa la crisis se agrava más, desde la inseguridad, hasta lo relacionado
con los problemas más básicos como el mantenimiento de la infraestructura vial
por ejemplo, prácticamente todo se encuentra
fuera de control, el mal gobierno solo piensa en cómo mantenerse
aferrado al poder, regalando Cajas de comida y defendiéndose de enemigos
inexistentes, sin atender los asuntos públicos y los verdaderos problemas de
todos los ciudadanos, esa es la auténtica realidad.
Para muchas
personas y sobre todo para quienes viven en otros países, es inexplicable lo
que vivimos, observando por una parte un gobierno que grita a los 4 vientos que
es el mejor que ha existido en Venezuela y por el otro viendo que tenemos
sueldos de hambre con una hiperinflación que avanza sin descanso, también está
el tema del desabastecimiento brutal que existe a todo nivel, la incertidumbre
que hace que cada día gente buena y calificada, jóvenes en su mayoría, se vayan
a otro país en búsqueda de lo que el suyo les negó, en una fuga de cerebros
masiva que va a pesar en el futuro cuando toque reconstruir lo que quede.
Con el
saldo que tiene el régimen, de magníficos logros pero negativos en su mayoría,
no hay manera de lidiar con la impopularidad que pesa sobre el presidente y su
entorno, muchísimo menos con las ansias de cambio que tenemos los venezolanos,
que ya nos cansamos de la errónea y obtusa manera de gobernar de los que nunca
pudieron y cuando les tocó, no supieron que hacer con este magnífico país y sus
potencialidades.
Ojala y en
el alto mal gobierno se abra una rendija y se den cuenta de lo que sucede,
aunque lo dudo, ellos prefieren pasar a la historia como lo que han sido hasta
ahora, el peor gobierno que ha tenido Venezuela.
Es
temporada de mangos, esperemos que aparezcan como era antes e inunden las
ciudades con su color amarillo, siendo mi deseo que antes de que termine y aun
con el sabor dulce de tan sabrosa fruta en nuestro paladar, podamos ver
finalmente la luz al final del túnel que nos permita decir que este bache en la
historia ya está por quedar en el pasado, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68