Luego de
observar al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, comiendo muy
sabroso en un famosísimo y muy costoso restaurant en la ciudad de Estambul,
mucha gente aquí en nuestro país y en el mundo entero sintió sin lugar a dudas
una mezcla de rabia, dolor, tristeza, impotencia y también vergüenza ajena.
Lo de
vergüenza viene en el sentido de que eso es lo que causa en muchos, en segundo
término que se sepa que ése señor es el presidente de un país y si en tercer
lugar que ese país sea el tuyo, sin duda que la cosa es peor.
Respecto a
los restantes calificativos, explicarlos es profundizar en lo que ya sabemos,
ver a una persona comiendo es algo muy normal, por que comer es muy normal,
incluso comer así bien sabroso, lo que no es nada normal es hacerlo como si
aquí no estuviera sucediendo nada, no es normal cuando el trabajo para el cual
fuiste “elegido”, lo estás haciendo mal, pésimo diría yo.
En cada
país dependiendo de su época, existen sin duda buenas y malas gestiones, con
diferentes indicadores para medir dichos períodos, pero resulta que los casi 20
años de “Revolución Bolivariana” están dejando un legado que marcará a
generaciones enteras en Venezuela, la fractura social más grande de la era
contemporánea se vive a diario, no existe una sola familia que no tenga a algún
miembro lejos en otro país, huyendo de la desgracia causada por el régimen
actual y buscando oportunidades que aquí no existen.
La historia
es implacable a veces hasta cruel, para algunos es rápida y para otros lenta,
estamos observando cómo le está llegando el día a quienes gobernaron Argentina
en la era Chávez, ya se vio en Ecuador, el caso de Brasil es importantísimo,
pues del Foro de Sao Paulo y todo lo que de allí surgió es lo que se ha nutrido
el esquema de corrupción de Latinoamérica en los últimos años, con muy pocas
excepciones.
Tal y como
sucedió en la Francia en días previos a la “Revolución”, sí aquella en la cual
el “Pueblo” depuso al Rey Luis XVI y derrocó a la monarquía por allá en 1792,
así tengan la certeza de que sucederá en la Venezuela del Siglo XXI; el destino
del que se cree Monarca y sus seguidores no lo sabremos hasta que algo así
suceda, pero seguro que tendrán que rendir cuentas ante la justicia, aquí y a
la internacional también; con solo observar el caso del expresidente Alberto
Fujimori del Perú tenemos para sacar cuenta de lo que puede pasar .
Lo
realmente impactante, lo constituye el hecho de que con todo lo que se vive, en
el mal gobierno se ufanan del famoso salario a 1.800 Bolívares Soberanos y
resulta que el kilogramo de Pollo está en 900 por solo dar un ejemplo y si lo
consiguen económico, un producto para
matar insectos 800 y así sucesivamente con casi todo, es decir que esos famosos
soberanos no son nada.
Se sigue
hablando de la Caja, de la Bolsa y resulta que mientras a lo largo y ancho del
país están como zombis esperando por ella, los jerarcas están disfrutando de
los lujos y mieles del poder, triste realidad para quienes no ven más allá de
su nariz.
El nuevo
invento para tratar de calmar a la gente y al hambre es pagar las cuotas
salariales semanalmente a todo el mundo, me permito indicar que como están las
cosas, ni que lo cancelen diario lo resolverán, ya el asunto se les fue de las
manos, se están dando cuenta de que la “reconversión del hambre” es eso
justamente, hambre y miseria y los “ceros” están apareciendo más rápido de lo
que se imaginaban, lo indiscutible es que el Bolívar Soberano ha sido una
Soberana Burla para la totalidad de un país.
Si el
asunto fuera solo con la comida, quizás se pudiera resolver con un buen golpe
de timón, pero es que no es eso solamente, es “TODO”, los servicios públicos,
lo que tiene que ver con la seguridad, con los hospitales, con la educación,
con algo tan simple como garantizar el libre esparcimiento de los ciudadanos,
no hay ningún aspecto de la sociedad que no esté vulnerado y golpeado por la
pésima actuación de quienes rigen los destinos del país, definitivamente no
existe gobernabilidad.
Van a todos
los foros a los cuales pueden asistir a tratar de tapar el Sol con un dedo,
como ocurrió en la Asamblea General de la ONU, el resultado es que nadie se los
creyó y ya nadie lo creerá, por el contrario el cerco internacional se irá
cerrando cada vez más hasta que ocurra lo inevitable y será el fin de esta
barbarie, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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