Para quienes aún están Venezuela, en la mayoría de los casos
logran dormir medianamente bien solamente a punta de medicamentos y eso si
tienen acceso a ellos, por lo tanto, no les es adversa la situación que ocurre,
la realidad de los acontecimientos diarios simplemente abruma y sin duda
desconciertan, por decir lo menos.
Luego de ver como supuestos oficiales entrenados, rodean
unos vehículos en plena hora pico, en una de las autopistas más concurridas de
Caracas, efectúan disparos sin ningún control, para luego enterarnos de que una
alta oficial de Poli Chacao es la líder de una banda de secuestradores y en
paralelo observamos a un gobierno de pacotilla celebrando un Carnaval con la
crisis terrible que hunde a la nación, hace que no podamos dudar que existen
dos realidades muy distintas conviviendo en uno solo país.
Lo peor de todo es que, aunque muchos lo dudan, realmente
impacta el hecho de que sí, es Venezuela, la que se ha convertido de aquel país
que contaba con el potencial más grande de crecimiento y desarrollo del
hemisferio, al desastre que es hoy en día, luego de la llegada del Chavismo y
el cuento de la revolución.
Para tener una idea de lo que les digo, solo piensen en que
entre 1920 y 1978 fuimos la economía de más rápido crecimiento, con la menor
inflación y la moneda más sólida en el mundo, hoy no queda duda alguna de que
vamos en flagrante retroceso y aunque hace 20 años existían problemas, jamás
eran como los actuales, que tanto seguidores del “proceso” como a los
opositores estamos entre la espada y la pared, día a día los acontecimientos
nos marcan, lo digo porque son el mayor cúmulo de irregularidades y
arbitrariedades de nuestra historia; las cosas que suceden dan paso a la
separación de familias por ejemplo,
obligando a millones de ciudadanos a irse por no tener las mínimas
condiciones de vida NORMAL, en el país que los vio nacer y para colmo sin tener
a dónde acudir a la hora de efectuar algún reclamo, un país sin ley.
Cabe destacar que por varios años, muchos analistas
alertamos sobre la falta de mecanismos de control que garantizaran la
transparencia en los procesos que adelantaba el gobierno de Hugo Chávez y ahora
los de Nicolás Maduro, en todos los procesos, pero con mayor razón los del
primero, ya que desde aquella nefasta campaña del famoso “Exprópiese” hasta los
desatares de la regaladera de petróleo a los países del caribe, son los que
entre otras cosas nos han llevado a la situación actual, con el detalle que
Maduro sin miramientos de lo que acontece en Venezuela, continua con las malas prácticas
de creerse el Rey Midas y regala de todo.
Así pues, recordaran ustedes que en una nueva ocurrencia de
Chávez durante un programa de “Aló Presidente” lo que fue un vergonzoso acto
despótico, se ocupó de tejer una legislación que le permitió expropiar
cualquier propiedad privada a su antojo y así lo hizo; las consecuencias las
estamos viviendo en este momento y créanlo o no, se vivirán por muchos años
más, aun cuando se logre salir de la situación actual.
Por otra parte, con ocasión de lo que les explico, paso a
resaltar lo importante de las lecciones y enseñanzas, las cuales se encuentran
en todos los niveles de nuestras vidas, empezando por el hogar, por los valores
familiares que luego van migrando hacia las enseñanzas de maestros en nuestras
escuelas, hasta llegar al nivel óptimo de formación personal, eso es justamente
lo que por una generación aproximadamente se ha perdido y es entre otras cosas
lo que hay que rescatar.
No es función de gobernantes o de políticos el hacer el
cambio necesario, es obligación ciudadana, de cada uno el iniciar esa
conversión para volver a ser la sociedad pujante que fuimos, recuperar la
mística por el trabajo honrado y no por lo fácil y regalado, el cambio inicia
por nosotros mismos y luego se reflejara en el país, ese es el deber ser.
Visto todo lo anterior, debemos enfocarnos en lo positivo,
estamos obligados a hacerlo para extraer un beneficio real de las experiencias
verdaderamente traumáticas que estamos viviendo actualmente, vivir un
acontecimiento traumático es sin duda uno de los trances más duros a los se
enfrentan algunas personas y muchísimos están pasando por eso mientras ustedes
leen estas líneas; esas experiencias deben hacer que todos veamos la
oportunidad para tomar conciencia y reestructurar la forma de entender nuestro
entorno, reconstruir el sistema de valores sociales, políticos, económicos,
científicos y culturales para avanzar como sociedad.
Finalmente, y a manera de reflexión, quiero decir que el
ambiente y el escenario que nos rodea, nos obliga a analizar muy bien la
situación. Venezuela ya no es la de antes y no volverá a serlo, tenemos que
mirar al futuro y aprender de lo que sucede ahora para que no se vuelva a
repetir, el creer en mesías de la política nos ha traído al punto en el cual
nos encontramos y por eso repito, lo sucedido con Hugo Chávez no puede volver a
suceder, por sanidad mental y salud pública.
Hay que aprender de las lecciones traumáticas y de todo lo
que está ocurriendo, que nos obliga a seguir luchando y a continuar
defendiéndonos de lo que es un ataque a nuestra forma de vida como ciudadanos,
aún con temor o preocupación, es un deber seguir adelante y no perder la
esperanza por obtener lo que es justo y esto no es más que una Venezuela
prospera, con oportunidades para todos. Así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera @raguilera68
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