Quizás para
unos el título del presente artículo de opinión suene muy fuerte y hasta fuera
de contexto, pero la realidad es otra; tras prácticamente 20 años de
“Revolución Bolivariana”, Venezuela y sus habitantes vivimos a diario escenas o
circunstancias que sin duda son terroríficas si las comparamos con el normal
vivir de otras latitudes.
Pero veamos
objetivamente lo que por definición es el terrorismo; básicamente es la
dominación por medio del “terror”, mediante la ejecución de acciones que buscan
controlar todo lo que se pueda a partir de actos violentos infundiendo miedo.
También tenemos que puede interpretarse en muchos casos, como una forma
violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del
orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible
de intimidar a los adversarios o a la población en general.
Ahora bien,
el asunto ya como que va tomando forma para ustedes, al menos eso supongo,
porque lo brevemente descrito, encaja perfectamente a la luz de muchos de los
eventos que hemos pasado durante años en nuestra Venezuela, ataques a la
libertad de expresión en sus diversas formas, arrestos injustos sin juicios
serios, encarecimiento de todos los productos de primera necesidad, ausencia de
un verdadero plan de salud para todos, corrupción a la vista de todos y muchas
cosas más.
Pero la
cosa no se queda allí, tenemos que obligatoriamente señalar que, las acciones
que prácticamente fueron tomadas a diario durante el gobierno extendido de Hugo
Chávez y que ha continuado aplicando Nicolás Maduro, se tomaron precisamente
con el objeto de coaccionar a la ciudadanía, penetrando todos los niveles de
cohabitación posibles dentro de la sociedad, muchas veces con el pretexto de
compensar a los más desposeídos con respecto al resto de los venezolanos sin
analizar a profundidad el impacto de dichas medidas, creando un desequilibrio
social de tal magnitud que las consecuencias todos las estamos presenciando en
estos momentos.
No se trata
de mal poner todo lo que significa la justicia social, me refiero es a la forma
de cómo lograr los objetivos sin desbalancear a un país por los cuatro costados
y en todos sus aspectos como ha ocurrido.
Aquí de lo
que hay que hablar bien claro, es de todas las amenazas y abusos que ha
ejecutado el “Gobierno Bolivariano” durante años, pretendiendo como en efecto lo está haciendo, nada más y
nada menos que perpetuar en el tiempo a costa de lo que sea, el proyecto que
nació producto del Golpe de Estado de 1992 lo que es sumamente grave.
Es
importante señalar, que inclusive mientras trata de reflejar una supuesta fachada
de democracia, el régimen trabaja tras bastidores para ejercer y aplicar
mecanismos de control social y así mantener a la ciudadanía atemorizada y
aterrorizada de que les pueden quitar los beneficios que por ley les
corresponden a más de uno, como por ejemplo el derecho a percibir la pensión
luego de trabajar y cotizar durante años al Seguro Social, o quitarle una caja
de comida que muchas veces está en mal estado y que además le cobran a la gente
que más necesita, ¿entonces, es o no es Terrorismo de Estado?
En este
orden de ideas, cabe destacar lo que señala al respecto el jurista español
Ernesto Garzón, quien dice que el Terrorismo de Estado es: "un sistema
político cuya regla de reconocimiento permite y/o impone la aplicación
clandestina, impredecible y difusa, también a personas manifiestamente
inocentes, de medidas coactivas prohibidas por el ordenamiento jurídico
proclamado, obstaculiza o anula la actividad judicial y convierte al gobierno
en agente activo de la lucha por el poder”; como ven, todo lo que aplica el
Gobierno Bolivariano se enmarca en lo anteriormente referido.
Al terminar
la Segunda Guerra Mundial, surge la idea de que los horrores y el holocausto
cometidos por la máquina del Estado nazi, nunca más volverían a repetirse; por
lo tanto es muy preocupante, que luego de que toda la humanidad parecía haber
comprendido las lecciones de tan terrible Guerra y más aún cuando un gran
número de naciones de todos los continentes, había firmado la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas en el
año 1948, observemos que en nuestros días
sorprendentemente algunos Estados, que por principio deben velar por la
seguridad de las personas de una nación, contrariamente se conviertan en una
máquinas de terror y lo peor es que lo hagan por diferencias ideológicas.
Eso es lo
que ha pasado en algunos países de América Latina y sucede en éste preciso
momento en Venezuela, ya que a partir de la instauración del gobierno de Hugo
Chávez en 1999, bajo la Doctrina de la Soberanía de la “Patria” y la no
injerencia de ningún gobierno o institución en las decisiones de estado, han
venido aplicando, en la práctica, diversas formas de terror.
Con el
panorama que detallamos, sumado a lo ocurrido en días recientes con la liberación
de presos considerados “políticos” pues no han cometido crimen alguno que no
sea pensar diferente, tenemos sin duda que afirmar la urgente necesidad de que
es sólo a través de la unidad cierta y no de conveniencia, más la cooperación
internacional que se podrá poner fin a este tipo de conductas, en primer lugar
del régimen actual y en segundo término respecto a cualquier gobierno a futuro
que bajo cualquier pretexto, pretenda utilizar el poder y la confianza que se
deposite en ellos, para buscar acabar
con nuestra forma de vida como ciudadanos y como país, así de simple y
sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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