Hace un
tiempo atrás, mucho antes de que se llevara a cabo el firmazo para dar inicio al proceso de
solicitar el referéndum revocatorio presidencial y los todos los hechos
consiguientes como marchas, detenciones arbitrarias, acorralamiento, amenazas y
persecución de dirigentes políticos, conversaba con un doctor en ciencias
económicas, administrador y analista del acontecer sociopolítico nacional,
sobre los aspectos que rodean a la llamada “Cúpula” del actual mal gobierno que
tenemos en Venezuela.
En una
parte de la conversación, ambos recordamos una película que, nada más y nada
menos, data de 1976, el largometraje en cuestión que lleva por nombre “El
Muchacho de la Burbuja de Plástico”, protagonizada por un joven John Travolta y
tiene como tema central, la historia de un muchacho que padece una grave
deficiencia en su sistema inmunológico y como consecuencia, debe pasar la
totalidad de su vida completamente aislado, en una habitación esterilizada y
herméticamente sellada.
Llama mucho
la atención la similitud que presenta el argumento de la película antes citada,
con las formas de actuar de los personeros que defienden el “Proceso
Revolucionario” en la Venezuela actual; fíjense ustedes y solamente les daré
por ahora un ejemplo, resulta que la mayoría de altos funcionarios así como
otros de nivel medio, viven dentro de las instalaciones de Fuerte Tiuna, una
zona totalmente militarizada y resguardada, ¿será que le temen a algo?; con lo
dicho es más que suficiente para darnos cuenta de que “Ellos” viven en un mundo
cuya realidad es muy distinta a la de la mayoría de los venezolanos de
cualquier nivel social.
La gran
diferencia con lo anteriormente mencionado y la verdad, es que la burbuja del
gobierno y en la cual viven los privilegiados afectos al régimen, no es de
plástico, en realidad es de vidrio y de uno delgado, que con cada protesta, con
cada acto de calle que se lleva a cabo por el creciente descontento popular,
ante las malas medidas en cualquier área, constituyen fisuras en esa burbuja.
La
desconexión de la mencionada cúpula roja con respecto al ciudadano de a pie es de tal magnitud, que el
Señor Maduro con seguridad ni siquiera conoce el costo de la comida, solo por
referencias, pues encerrado en el Palacio de Miraflores donde no paga ningún
servicio, solo disfruta de las mieles del poder y lejos está de la realidad
económica, social que vivimos el resto de los venezolanos.
Los amigos
del OVCS (Observatorio Venezolano de Conflictividad Social), señala que para lo
que va del año 2018, se han contabilizado un total de 7.478 protestas,
registradas en distintos puntos de Venezuela, haciendo énfasis en que han
ocurrido 1.677 protestas por razonas de fallas o falta absoluta en los
servicios públicos, cabe destacar que solo en febrero de 2016 por ejemplo y a
modo de comparación, fueron reseñadas 523 protestas.
Esto quiere
decir, mis estimados lectores, que no hay ninguna mejoría en lo absoluto, como
quiere hacer ver el gobierno diariamente con su aparato propagandístico por
radio y televisión, nada funciona en ninguna de las áreas de su competencia,
muy por el contrario, las cosas empeoran a cada minuto y con cada reprobación
de la sociedad se hace más frágil la burbuja, la cual inevitablemente se
romperá a causa de la tensión social que lamentablemente no quieren ver en el alto
gobierno.
Siempre se
ha dicho que rectificar es de sabios, tristemente quienes dirigen los destinos
de la nación en este momento, no tienen la virtud de ser sabios, por el
contrario, mantienen el rumbo hacia el despeñadero, aun cuando existen
muchísimas señales de alerta para que modifiquen las malas conductas en todos
los ámbitos y de este modo corrijan el rumbo; pero no lo hacen, contrariamente
y para continuar aferrados al poder se inventan fantasmas, atentados y falsas
invasiones que violentarían el territorio venezolano y así justifican su forma
de actuar.
De este
modo, con la anterior explicación llegamos al último atajo que han tomado los
señores del gobierno para seguir atornillados en el poder, me refiero a la mal
articulada reconversión económica y al invento de trasladar las estructuras
Constitucionales del Poder Ejecutivo a las estructuras del Partido de Gobierno
PSUV entre otras cosas, pues resulta que con la Creación de un Ministerio de
Comercio Exterior y una Vicepresidencia en el Área Económica, se ejecuta una
grave transgresión al ordenamiento jurídico vigente en la materia, ni más ni
menos.
Todo lo
hacen sin pasar por ningún medio de control, como lo es constitucionalmente la
Asamblea Nacional, lo cual es muy natural en el modo de actuar de aquellos que
viven en la ya mencionada burbuja; la excusa para tal acción no fue otra que la
de “derrotar y neutralizar la agresión externa” y la bendita y ya poco creíble
“Guerra Económica”.
Con el
escenario que tenemos en frente caben hacerse las siguientes interrogantes: ¿el
gobierno de Maduro no quiere que nadie proteste y que acepte sumisamente sus
decisiones? o ¿estamos ya en una dictadura con velo de democracia con apoyo del
TSJ (Tribunal Supremo de Justicia), CNE (Consejo Nacional Electoral) y las
demás instituciones secuestradas por el estado?; en mí caso la respuesta a
ambas presuntas es un rotundo SÍ.
Todo lo
antes citado tiene un agravante, lo constituye el hecho de que el actual
gobierno, no puede olvidar aunque lo pretenda, que los Estados de Excepción como
el que nos hacen vivir diariamente, no suspenden ni derogan en modo alguno, el
denominado ordenamiento jurídico nacional y mucho menos el internacional, por
lo que los cuerpos de seguridad y aquellos funcionarios que las dirigen son
responsables por sus actuaciones incluso por sus omisiones, sin olvidar que
tampoco se suspenden las acciones judiciales que protegen los derechos humanos;
así que no la tienen fácil si pretenden escudarse en el futuro, para justificar
que actuaron sin límites y sin control.
Sea cual
sea la respuesta que cada quien quiera dar, lo cierto es que no podemos aceptar
ninguna de las pretensiones que pueda tener este mal gobierno, para con los que
pensamos distinto y queremos un mejor futuro que el actual presente, la
percepción política es algo que cada quien maneja a su manera, lo que no
podemos olvidar es que la “Revolución Bonita” dejó de serlo hace ya mucho
tiempo y lo que queda de ella se encuentra dentro de la burbuja que cada día
luce más débil y que en cualquier momento se desintegrara en pedazos, por tal
razón es que debemos continuar en el camino correcto de seguir impulsando las
salidas necesarias para obtener la libertad anhelada por todos.
Queda de
parte de nosotros el estar preparados para asumir el destino de nuestro país,
en cada uno de sus niveles y recuperar el sitial que siempre hemos tenido en la
comunidad internacional, al fin y al cabo, créanme que es innegable, todo pasa
y vendrán tiempos mejores.
Por cierto,
el doctor en ciencias económicas de quien les hable al principio y en quien me
apoyo cada vez que lo necesito es mi Papá, Reynaldo J. Aguilera Araujo,
bendición y gracias por la inspiración; así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68