Como en la
Venezuela de la Revolución ya nada sorprende, una vez más desde Miraflores el
señor Maduro, omitiendo por completo o quizás con más conocimiento de causa que
muchos, se saltó la norma jurídica que establece la “Ley Orgánica de Procesos
Electorales” vigente y arrancó la campaña electoral para el proceso de
renovación de la Asamblea Nacional o conocidas como simplemente como Elecciones
Parlamentarias.
Lo cierto
es que luego de los acontecimientos ocurridos en los más recientes procesos
electorales, no podemos dudar que existen dos realidades muy distintas
conviviendo en uno solo país, por una parte se encuentran quienes sin prestar
atención a una realidad que abruma, siguen pretendiendo hacer elecciones a su
medida para consolidarse más el poder con fachada democrática que ya nadie se
cree y por la otra quienes sí nos damos cuenta de que al menos por el momento
existen otras prioridades y asuntos por solucionar que son obligantes, como por
ejemplo el cambio urgente de autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Por otra
parte, no podemos dejar de destacar algo sumamente interesante y es que el
mundo entero ya ha visto que aquí en la actual Venezuela no se respeta ningún
tipo de norma jurídica.
La llamada
comunidad internacional viene observando durante años cómo el régimen ordena
arremetidas violentas ya no solamente contra ciudadanos comunes, sino también
contra alcaldes y diputados – violando su inmunidad parlamentaria –, contra
estudiantes, adultos mayores, sean damas o caballeros, el derecho a protesta
amparado por la Constitución Nacional no existe.
Los
organismos represores del Estado no distinguen raza o sexo y mucho menos
condición social y el gobierno, con tal de no permitir que le quiten el poco
“poder” que aún le queda, hace y va a continuar haciendo lo que sea, de eso no
duden.
En tal
sentido es que se enmarca lo dicho hace apenas horas por Nicolás Maduro, sin
ningún tipo de miramientos con lo cual aseguró y cito: “Empiezo aquí esta
campaña, que nos debe llevar del 12 de octubre al día de las elecciones
parlamentarias a la más grande victoria electoral que jamás hemos obtenido en
la revolución bolivariana” así lo expresó en cadena de radio y televisión; se
puede desprender casi sin lugar a dudas que hasta la fecha de dicha elección la
debe ya saber.
Éste tipo
de cosas como las que les refiero son las que generan una desconfianza casi
total en la institución del Voto, eso sí, no es en el Voto per sé, me refiero
al ejercicio de ese derecho bajo que se encuentra totalmente desfigurado bajo
la administración de un CNE que se sabe penetrado por fuerzas que oscurecen
cualquier elección, trátese de la que se trate.
Por otro
lado es de vital importancia señalar que desde el año 2017, el Departamento del
Tesoro de Estados Unidos en aplicación de la llamada ley OFAC por medio
directamente de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, sancionó a dos
rectoras principales y a un rector suplente del CNE, indicando que sin ser
“parte del gobierno” procedieron de alguna manera a facilitar los hechos
irregulares que dieron como resultado el que prácticamente todas las gobernaciones de estado quedaran en
manos del oficialismo en las elecciones de ese año.
Ahora bien,
de acuerdo a lo que estipula la referida ley del Congreso de Estados Unidos, el
Departamento del Tesoro queda plenamente facultado para realizar las
designaciones que considere convenientes de acuerdo a sus investigaciones
propias, de lo cual surgen dos consecuencias muy importantes.
La primera
de ellas es que, cualquier activo (empresas, inmuebles, cuentas bancarias,
etc.) que las personas designadas puedan tener y que estén bajo la jurisdicción
de Estados Unidos, quedan inmediatamente congelados y no pueden ser objeto de
ninguna transacción comercial o financiera, en segundo término, cualquier
ciudadano o empresa estadounidense tiene prohibido realizar cualquier operación
con las personas y/o activos designados; lo que todo esto quiere decir es que
de no haber un cambio real dentro de la institución electoral, cualquier
proceso carecerá completamente de credibilidad pues sus miembros no son nada
confiables.
Muchos
procesos electorales ya se han llevado a cabo sin votantes suficientes, sin la
utilización de tinta indeleble, sin testigos, prácticamente sin observadores
imparciales como la OEA y para remate ya se hace costumbre que el primer
boletín dado por el CNE que generalmente es a la medianoche del domingo – lunes
de cada elección, con la salvedad de que en dicho instrumento ya no se
especifica ni siquiera la cantidad de votos, ni válidos ni nulos, ahora se
habla de porcentajes, ni los candidatos saben con cuántos votos obtuvieron la
victoria o la derrota.
Hay muchos
detalles que nos llevan a pensar que la abstención sin precedentes ha obligado
a que el régimen ordene fabricar las cifras a publicitar, para así poder tener
a los mismos de siempre obteniendo “victorias” que ni ellos mismos se creen.
Para ir a
una elección realmente confiable, se deben garantizar todos los elementos
necesarios y no efectuar un parapeto de proceso electoral, lo que viene
sucediendo con la suspensión y posterior reactivación de servicios de
tecnologías como el caso de los productos ADOBE en razón de la orden ejecutiva
firmada por la administración Trump es preocupante, digo que es así debido a
que el CNE se maneja con algunos software que necesitan licencias como por
ejemplo los de la compañía ORACLE y si esas empresas dejan de prestar servicio,
el órgano electoral tendría dos vías: diseñar un sistema nuevo adecuado y
transparente o por el contrario realizar comicios con licencias piratas, a éste
panorama nos enfrentamos.
En tal
sentido hablar de que ya estamos en campaña no tiene otro fin que el de
desestabilizar la resistencia política que se mantiene contra un gobierno que
nos ataca, se busca ejecutar un posible proceso eleccionario que quizás de
manera adelantada reconfigure a la actual Asamblea Nacional y simplemente se
corra la arruga sin soluciones reales más allá de cambiarle el nombre a una
autopista como la Francisco Fajardo.
Como aquí
nada es raro ni extraño, lo que actualmente ocurre o puede ocurrir, obliga a
que muchos venezolanos sigamos luchando defendiéndonos como ciudadanos, aún con
temor o preocupación es un deber seguir adelante y no perder la esperanza de
obtener lo que es justo y correcto, que no es más que una Venezuela en la que
todos tengamos oportunidades para vivir y progresar, tener calidad de vida en
toda la extensión de la palabra, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68