El título de la columna de esta semana,
está más vigente que nunca, además de tener la peculiaridad de que pareciera
que quien la dijo, lo hubiera hecho hace días o incluso horas, pero no,
simplemente ha perdurado en el tiempo y el autor nos grita al oído que debemos
reaccionar.
En Valencia estado Carabobo por allá en
1928, en una Venezuela muy distinta a la actual, pero quizás con muchos de los
problemas que tenemos agudizados en este momento, nació quien se convertiría en
uno más de la familia para muchos, en un inconveniente para otros, pero sin
duda alguien que dejaría profunda huella en el país y en la sociedad
venezolana.
Reinaldo José Ottolina Pinto, quien fuera
mejor conocido como Renny Ottolina, fue cineasta, locutor, presentador de
televisión, y político, su faceta más recordada y con la que llegó más directo
a la gente, se presentó durante la década de los años sesenta, cuando inicia el
popular programa vespertino de televisión llamado “El Show de Renny”, en el
cual además de mostrarnos sus innatas cualidades como animador y entrevistador,
la principal atracción del público era ver cómo promocionaba los productos que
patrocinaban el espacio: bebidas achocolatadas, refrescos y productos de
belleza eran también las estrellas del show, la gracia, rapidez y hasta con la
cordialidad con que el animador recomendaba los productos llevó a la
popularidad inmediata tanto de él como de los propios productos.
Siendo tan popular y evaluando las
posibilidades ciertas de trabajar por un cambio en el país, Renny se dedicó
también a presentar “micros” de información y concientización para enseñar a
ser mejores ciudadanos, algo que sin duda hace mucha falta hoy en día, cuando
observamos como el daño a la nación producto de la corrupción administrativa y
las mentiras de muchos políticos desangran al país malgastando cada día más el
tesoro nacional.
La situación económica tantos años después
que se vive y aunque es negada por el actual mal gobierno salta a la vista y ha
golpeado a un alto porcentaje de la población, incluso a aquellos que son
afectos a los ideales del “Socialismo del siglo XXI” o la “Revolución Bonita”,
claramente es triste y terrible lo que se vive, hay situaciones que son sencillamente indescriptibles; ya no son individualidades,
todos los días se observan a familias enteras hurgando en la basura de los
comercios de comida para poder alimentarse y en algunos casos no morir de
hambre.
Desde el mal gobierno nos hablan de día y
de noche de “Guerra Económica” y aquí es donde encaja perfectamente la visión
de Renny, pues mientras aturden con la cantaleta de la fulana guerra,
paralelamente desde el mismo régimen incentivan justamente el atraso, la
ignorancia y la flojera; lo que para ellos son geniales ideas, como la
regaladera de dinero inorgánico mediante “Bonos de hambre” o bolsas de comida
mediante los CLAPS, resulta que por el contrario estos mecanismos constituyen
graves desajustes en el entramado social Venezolano, que está causando
fracturas en el mismo desde sus cimientos, lo que será muy difícil de enmendar
en el mediano plazo por cierto.
Justamente lo que se vivía en Venezuela
para 1977, año previo a las Elecciones Presidenciales, fue lo que motivó a
Ottolina a organizar y fundar una organización con fines políticos, llamado
Movimiento de Integridad Nacional (MIN) con miras a las elecciones de 1978;
según él, había que actuar y rápidamente, pues el país reclamaba cambios
profundos que repercutieran en la sociedad del momento y en el futuro.
El tiempo y el destino impidieron que
participara formalmente en el proceso electoral y quizás hasta que ganara la
Presidencia de la República, de haberlo hecho tal vez hoy Venezuela fuera otra.
Ya han pasado 40 años desde aquel 16 de marzo
de 1978, Renny Ottolina viajaba a una reunión de empresarios que iba a
realizarse en Porlamar, Isla de Margarita, cuando la avioneta Cessna 310 se
estrelló en las inmediaciones del pico Naiguatá en el cerro El Ávila; la
avioneta era piloteada por el abogado y
piloto Carlos Olavarría y viajaban además Ciro Medina, Luis Duque y César
Oropeza, en el accidente murieron todos los ocupantes de la misma. Faltaban
apenas dos semanas para su proclamación oficial como candidato en las
elecciones de diciembre que terminó ganando Luis Herrera Campins.
Para cerrar, les dejo como reflexión, lo
expresado por el productor radial zuliano León Magno Montiel en aquel momento:
“Renny fue un hombre adelantado a su época porque mezclaba una gran creatividad
como productor, gran cultura general y un timbre de voz y dicción
privilegiados”, con lo que nos sucede hoy en Venezuela, podemos afirmar que
hacen falta muchos Renny Ottolina para renacer como país, así de simple y
sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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