“Venezuela Necesita un Sistema Electoral de Calidad”



La Organización Internacional de Normalización (ISO, del nombre original en inglés, International Organization for Standardization) es una organización para la creación de los denominados estándares internacionales, la ISO es una organización independiente y no-gubernamental formada por las organizaciones de estandarización de sus 164 países miembros, entre los cuales está Venezuela.
La ISO es el mayor desarrollador mundial de estándares internacionales voluntarios que facilita el comercio mundial al proporcionar pautas comunes entre países. Dicha organización ha establecido cerca de veinte mil estándares cubriendo desde productos manufacturados y tecnología a seguridad alimenticia, agricultura, sanidad y aunque no lo crean, lo importante y muy poco conocido, es que también ha desarrollado una norma  que abarca el aspecto electoral.
La norma de la cual hago mención, es la  ISO/TS 17582:2014, un documento técnico que tiene que ver con los sistemas de gestión de la calidad y los requisitos particulares para la aplicación de la norma ISO 9001:2008 para las organizaciones electorales en todos los niveles de gobierno, lo interesante es que no está referida a lo que conocemos como partidos políticos solamente, incluye lo que constituiría el deber ser de los organismos que coordinan los procesos electorales en distintos países, incluido el de nosotros.

Es así como vemos que el “Poder Electoral” constitucionalmente hablando, a través del Consejo Nacional Electoral (CNE), debería tener un enfoque verdaderamente coherente a la luz de dicha norma ISO en referencia, sobre lo que es y lo que significa una real gestión de calidad en materia de planificación y ejecución de los procesos electorales, cosa que no sucede actualmente, pues la desconfianza es lo único que inspira el actual ente electoral.

La citada normativa internacional indica que, los órganos electorales de los países miembros, son instituciones que tienen la responsabilidad de la administración del proceso electoral en su totalidad, incluyendo la preparación, organización, administración, monitoreo y promoción de la elección o elecciones en caso de ser múltiples como lo que se plantea en Venezuela para el venidero 20 de mayo, al igual que el escrutinio de los votos y el conteo de los mismos.

Igualmente debe el ente rector de dichos procesos, resolver eficazmente las disputas electorales a que haya lugar y la declaración oficial de los resultados electorales si fuera el caso. Mucho de eso ocurre en Venezuela, ahora bien, caben perfectamente las siguientes preguntas: ¿Se cumple con la rigurosidad y con la verdadera calidad que los electores merecemos?, ¿El ente electoral garantiza que los ciudadanos al votar puedan realmente elegir?; definitivamente la respuesta es negativa, pues no es para nada normal, que siendo “el mejor sistema electoral del mundo” según sus actuales autoridades, se tenga que esperar hasta altísimas horas de la noche para saber los resultados de un proceso electoral o algo peor, se cambien resultados como ocurrió recientemente en el estado Bolívar con el caso del candidato opositor Andrés Velásquez.

Todo el desarrollo de una elección tiene como componentes una serie de procesos interrelacionados, que involucra a los propios organismos electorales subalternos (Juntas Regionales, Municipales, Parroquiales y Mesas Electorales), a las organizaciones con fines políticos y por supuesto a la ciudadanía; ahora bien un sistema electoral verdaderamente eficiente, que tiene su propio conjunto de normas, leyes y reglamentos, tiene obligatoriamente que ofrecer respuestas oportunas a los administrados, es decir al cuerpo electoral o más claramente, a los electores.

Tristemente es público y notorio que el Gobierno utilizando de manera abusiva la mayoría dentro del Consejo Nacional Electoral, ha manipulado el calendario incumpliendo con las exigencias de la Ley.

Las elecciones han sido convocadas por parte del régimen en primera instancia por un ente no autorizado para hacerlo, como lo es la Asamblea Nacional Constituyente, sin respetar los lapsos mínimos, inobservando los tiempos requeridos para las evaluaciones técnicas y políticas que permitan dar transparencia en el proceso.


Algo que es sumamente grave por ejemplo es que desde el año 2007 no existe observación internacional integral de las elecciones en Venezuela, solo han ocurrido misiones de acompañamiento que tienen lugar la misma semana de las elecciones, bajo estricta supervisión del CNE sin ninguna independencia y fuera de los estándares mundiales.

Por todo lo anterior, vemos que indudablemente bajo la perspectiva que venimos analizando, se hace absolutamente necesario el rediseño y la implementación de un claro sistema de gestión de la calidad en el máximo organismo electoral, el cual incluso debería estar enmarcado por sus obligaciones bajo el marco legal aplicable del derecho internacional en tanto y en cuanto sea aplicable y por supuesto a  la constitución nacional y demás normas que rijan la materia, así y solo así se podrá recobrar la confianza a futuro tanto en el organismo comicial como en los resultados de cualquier elección.

Finalmente, podemos afirmar que si se establecen verdaderas directrices enfocadas en satisfacer las necesidades y expectativas del electorado venezolano y éstas son implementadas y comunicadas correctamente, se podrá lograr obtener un verdadero sistema electoral bajo los esquemas de calidad requeridos, necesarios para una sociedad moderna, así de simple y sencillo.

Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68


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