El término de ciudad fantasma se utiliza para señalar a
aquellas localidades que generalmente son abandonadas por diferentes razones,
generalmente ocurre por conflictos sociales, de índole político y por supuesto
por razones bélicas.
Alrededor del mundo se pueden encontrar varias decenas de
ciudades abandonadas, muchas de estas ciudades se han convertido en estos
tiempos en atractivos turísticos, gracias al extraño encanto que generan las
ruinas o los vestigios de un tiempo mejor, mientras que otras son peligrosas o
inaccesibles.
Como venimos indicando, por diversas circunstancias algunas
ciudades quedan abandonadas, un día la gente deja de caminar y respirar por sus
calles y quedan completamente solitarias. Las vías quedan en silencio y las
ciudades abandonadas pasan así a tener una vida casi fantasmagórica. Algunas
han sido víctimas de catástrofes y otras han perdido las industrias que las han
hecho florecer en sus tiempos de gloria.
Les hago referencia a este tipo de ciudades, para poner en
perspectiva lo que sucede actualmente en nuestra querida Venezuela; resulta
tenebroso e incluso inexplicable que ya a las 6:30pm, en muchas ciudades de
nuestro país dejan de verse personas en las calles y disminuye drásticamente el
flujo vehicular, hasta el punto que ya a las 9:00pm prácticamente se han
transformado dichas poblaciones en ciudades fantasma.
El grave problema se evidencia nada más y nada menos que en
la propia capital lo que afecta cada día más la imagen de un país golpeado por
un modelo de gobierno que claramente ha fracasado.
La inseguridad acabó con la calidad de vida de los
venezolanos, que ya no pueden salir de sus viviendas cuando llega la oscuridad,
agobiados además por la crisis económica que los afecta con una grave escasez
de alimentos y medicinas, además de una inflación que es considerada como la
más alta del mundo; ya son muy pocos los que se atreven a salir de noche y por
supuesto la llamada economía nocturna prácticamente es inexistente en la
actualidad.
Caracas la otrora “sucursal del cielo” como le llamaba el
maestro Billo Frometa, se ha transformado en algo irreconocible, aquellas
vallas luminosas de Plaza Venezuela y la autopista Francisco Fajardo que
atraviesa toda la ciudad sencillamente ya no existen, el ambiente lúgubre la
transforma en una ciudad sin alma, algo que era inimaginable pero ahora es
real.
Luego de varios planes para atacar la inseguridad observamos
que la misma no ha podido ser erradicada, por el contrario ésta ha aumentado
considerablemente, con el agravante de que muchos de los involucrados en hechos
delictivos son precisamente los funcionarios miembros de los cuerpos de
seguridad, lo que deja a la colectividad en franca desventaja.
Lo cierto es que de alguna manera se deben recuperar las
libertades y la más preciada que no es otra que la de simplemente vivir, salir
de nuestros hogares y disfrutar de nuestras ciudades y pueblos, para ello hay
que cambiar la estructura y el manejo de los temas de seguridad conjuntamente
con los gobernantes, implementar planes reales a corto, mediano y largo plazo
que sean sustentables y que si ocurre un cambio de gobierno sea municipal,
estadal o nacional se sigan ejecutando en pro de la ciudadanía.
Iniciar el camino definitivo de la recuperación de un nivel
de vida digno para los venezolanos, pasa por dejar a un lado individualidades y
convertir los esfuerzos en algo colectivo, solo así saldremos adelante, así de
simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
No hay comentarios.:
Publicar un comentario