Faltan
pocos días para que se cumplan 20 años de un incidente que definitivamente
cambia la vida de las personas, así como me sucedió a mí; el vuelo #851 de la
aerolínea AVIOR Aviones de Oriente C.A, cuyo servicio lo cubría para ese
momento, una aeronave tipo avioneta modelo BeechCraft, con las siglas YV 404C,
la cual partió del aeropuerto
internacional “Simón Bolívar” de Maiquetía a muy tempranas horas de la mañana
con rumbo al estado Portuguesa como primera escala y como destino final el
aeropuerto de la ciudad de Barinas, con catorce personas a bordo incluyendo al
piloto y copiloto, además de los cuatro plagiarios.
Para ese 25
de julio de 1998, se encontraba ya por culminar el proceso de postulación para
distintas candidaturas, con miras al proceso electoral a celebrarse en
diciembre de ese año, importantísimo no dejar de señalar que ese fue el año en
el que prácticamente inició el gran desastre que aún vive nuestro país, pues
ganaría la elección presidencial Hugo Chávez; por tal razón, entre los pasajeros
del vuelo antes indicado, se encontraban candidatos de diferentes toldas
políticas y funcionarios del ente comicial que se dirigían unos a inscribirse
ante el CNE Regional y otros a verificar que se cumplieran correctamente los
procedimientos electorales vigentes para ese momento, como era mí caso
particular que fui designado por la presidencia del CNE como Coordinador
general del proceso electoral para el Estado Barinas casualmente.
Siguiendo
nuestro relato, poco después de las 9:00 am, de manera sorpresiva uno de los
pasajeros entro a la cabina de los pilotos y colocándose un pasamontañas indico
pistola en mano que la aeronave estaba secuestrada, acto seguido sacó a los
tripulantes de sus asientos y ubicó a otro sujeto ante los controles de la
avioneta, ordenando que mantuvieran la calma y que bajaran la cabeza mientras
apuntaban a todos los pasajeros, se iniciaron así horas de angustia y
preocupación para todos.
Mientras la
avioneta volaba con rumbo desconocido, los delincuentes decían que no eran
guerrilleros, que por el contrario eran un grupo paramilitar, capaz de volar
hasta un avión de combate F-16, por lo tanto sabían lo que hacían
perfectamente; en ese momento cada quien imagino cualquier cosa, mi reflexión
inmediata fue pensar en mi primer hijo, que apenas tenía 2 meses de nacido, por
lo que al pasar por las etapas de susto y angustia, sólo me quedó asumir que no
iba ver crecer a mi muchacho, pero al menos pude cargarlo, besarlo y decirle
que lo quería, pues ante la situación incierta, lo más probable era que
sucediera lo peor.
Luego de
varias horas los secuestradores indicaron que nos iban a dejar en una zona
selvática y que luego de días de camino encontraríamos ayuda, para eso nos iban
a entregar el botiquín de primeros auxilios de abordo, cosa que la aeronave no
tenia y en ese momento dijeron que en su país eso no hubiera permitido que la
aeronave despegara, por lo cual se descubrieron ante nosotros, para luego
afirmar que eran efectivamente Colombianos, miembros de un grupo de
inteligencia del Frente 59 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC).
Ya una vez
identificados, posteriormente indicaron que ellos estaban de acuerdo con que
ganara el candidato Hugo Chávez, pues con él como presidente de Venezuela, sí
podían avanzar en sus propósitos, ¿lo habrán logrado?, esa respuesta se la dejo
a ustedes mis queridos lectores, pero yo con certeza les puedo asegurar que no
solo ellos (FARC), sino también el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y
quizás otros grupos tienen sus grandes intereses en territorio venezolano.
Pues bien,
justo antes de aterrizar en una pista clandestina, los secuestradores
procedieron a dar la orden entre ellos, de cambiar el tipo de municiones que
tenían en sus armas, pues las utilizadas hasta ese momento eran de salva,
definitivamente temimos por nuestras vidas.
Despojados
de celulares, equipaje, dinero y todo lo que tuviéramos de valor, nos dejaron
abandonados en una zona, que luego supimos que era el estado Cojedes, muy cerca
de la población de El Baúl; donde fuimos también recibidos con armas por los
capataces de una hacienda, quienes pensaron que iban a secuestrar al dueño de
la misma, nada más y nada menos que un segundo susto respecto a lo que ya se
había vivido, gracias a dios fueron muy amables luego y se estableció contacto
con la autoridades para iniciar las labores de rescate.
La
avioneta, después de una semana, apareció en el Arauca colombiano, descubierta
por militares del hermano país, se encontraba llena de drogas y armamento de
alto calibre, finalmente fue repatriada a Venezuela y para eso se envió a un
equipo calificado de parte de las autoridades competentes, dicha comisión es
bueno decirlo, la dirigió nuestro muy estimado Comisario Iván Antonio
Simonovis, hoy todavía injustamente preso.
Por cierto que
siempre llamó mucho la atención esa cercanía de los secuestradores con el
pensamiento que manejaban en ese momento quienes aspiraban a acceder al poder,
por parte del partido político Movimiento Quinta República (MVR) que hoy en día
es el PSUV, quizás fue aquella acción parte del inicio de un sistema de
colaboración que funciono por muchos años.
Lo
realmente cierto es que nunca la aerolínea, AVIOR, llamó o se intentó comunicar
con ninguno de los que fuimos víctimas del hecho relatado, nunca hubo indemnización
y mucho menos una simple carta de disculpas por parte de algún personero de la
aerolínea, que indicara que asumían la responsabilidad de lo ocurrido, al menos
en su condición como prestadores del servicio, realmente eso deja aún a tantos
años del hecho, mucho que desear de parte de esa compañía.
Por mi
parte, semanas después volví a viajar e hice la misma ruta y los boletos que me
entregaron eran de la misma aerolínea, aun así no tuve inconveniente y cumplí
con mi labor como garante del proceso electoral en el estado Barinas, en mi
carácter de enviado especial de la presidencia del Consejo Nacional Electoral
para tal fin.
Hoy en día
aquel bebé de dos meses es un joven emprendedor y responsable estudiante
universitario de 20 años y existe otro muchachito de 14 años que son quienes me
impulsan a seguir trabajando para tener un futuro mejor que el presente, razón
por la que doy gracias a Dios y a la Virgen todos los días.
El país de
aquel 1998 definitivamente cambió y lamentablemente no lo hizo para bien, por
el contrario se encuentra sumido actualmente en la más profunda crisis de la
historia contemporánea que haya existido, por lo tanto nuestro deber es el de
aportar todo lo que se pueda, para sacarlo a flote, también es nuestra
responsabilidad aprender de los errores pasados y en consecuencia no volverlos
a cometer, para poder tener el país que queremos, así de simple y sencillo.
Reinaldo J. Aguilera R. @raguilera68
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